Lluvia de días

Durante los años 2007 y 2008 en Zaragoza vivimos los preparativos y la realidad de la Expo Zaragoza 2008; hay muchas obras, muchas acciones promocionales y muchos actos primero y luego con la expo ya funcionando, más de lo mismo, algunas obras no se han terminado, la ciudad pasa mucho tiempo girando en torno a este evento, hay mucho ruido.
Ruido.
La molestia de este ruido hace añorar la tranquilidad, los paseos calmos, la vida sin ruido, añoro la ciudad de antes, mi ciudad.
Y la añoro porque la quiero, porque me gusta, antes no me planteaba si me gustaba o no Zaragoza, me sentía bien aquí, pero nada más.
El reconocimiento de esta pasión por la ciudad, me lleva no hacía los edificios, las calles o el viento, no, me lleva a las personas, a la gente de aquí, mejor dicho, a la que vive aquí (pues somos muchos los foranos acogidos).
En el momento que termina la citadísima Expo, el 14 de septiembre de 2008 empiezo este trabajo que pretende ser un retrato de la ciudad, de la gente de la ciudad, de la vida de la ciudad, de una ciudad que ha cambiado algo, que parece que por fin asume el río como algo propio, que ha ganado algunas infraestructuras y algunos espacios.
Foto hecha con la colaboración de Laura Uranga
Un retrato es una marca temporal, un recuerdo de un momento, una visión parcial, subjetiva.
La marca temporal es de un año justo, el retrato termina el 14 de septiembre de 2009 en la misma ubicación.
Y siento que he retratado mi ciudad en su vida normal, cotidiana, sin maquillaje, sin festejos, a diario.
Reparto el retrato en distintos días y aquí en este blog cada día en una pestaña.